viernes, 24 de mayo de 2013

A mis amigos, a mi familia...

Hoy tengo una mariposa en el estómago, todo el día revoloteando... Y es que hoy, el grupo de teatro Enrique Soler estrena su nueva comedia y tengo incluso más nervios que cuando soy yo mismo el que se va a subir a las tablas. Cuando pienso en el colegio Enrique Soler no puedo evitar llenar la mente de preciosos recuerdos, de momentos inolvidables en una gran familia. Si esta es la sensación que experimento cuando mencionan el nombre de mi cole, multiplica por mil si me hablas del teatro. Porque fue ahí donde comenzó todo, fue ahí donde aprendí a amar este arte.

Aún recuerdo con exactitud el día que un profe preguntó en clase quién quería jugar a hacer teatro, teniendo yo 7 años. Levanté la mano y, en ese preciso instante, empezó el sueño del que todavía no he despertado. Por esto y por muchas cosas más, tengo que estar eternamente agradecido a Alejandro Aguilar, que me ha guiado durante tantos años, que me ha enseñado tantísimo para poder seguir creciendo y avanzando, que por tu culpa estoy enganchado a este vicio... ¡GRACIAS!

Hoy más que ningún día me acuerdo de todos los ensayos en el salón de actos, de Eve y sus diseños de vestuario, de Gemma y su perfecta regiduría y de tantas horas de trabajo y risas. Porque siempre habéis hecho que ame el escenario y todo lo que conlleva... Aquellas cenas de fin de obra, esas representaciones tan especiales en el salón de actos... Hoy os deseo todo el éxito del mundo. Os veré esta noche desde la fila 4 y preparado para reír y aplaudir...

Muchísima mierda y... ¡que viva el teatro!